¿Sabías que personificar animales y seres fantásticos puede beneficiar el desarrollo mental y social de los niños y niñas?

Disfrazar a los niños y niñas en fiestas como Halloween y Carnaval puede tener muchas ventajas y beneficios para su desarrollo mental y social, y aquí te decimos por qué.

El Halloween es una tradición “pagana” de origen celta llamada Samhaín, que marcaba el fin del año celta o fin del verano, pero que con el paso del tiempo mutó. Actualmente es una fecha en la que niños, jóvenes y adultos por igual aprovechan para disfrazarse y salir a las calles a pedir dulces o “calaverita”, como se le denomina en México, mientras que otros organizan fiestas para divertirse. Este año por supuesto no puede ser así pero no por eso debemos dejar de celebrar en casa.

Existe una controversia de si es bueno o malo disfrazar a los niños, principalmente por creencias religiosas. Sin embargo, independientemente de todos esos argumentos, el disfrazar para los niños implica muchos beneficios para su desarrollo mental y social.

El Disfraz como pura diversión

Tanto el Halloween como el Carnaval son dos fiestas que los niños disfrutan mucho: son alegres, rompen las normas, se pueden manchar y manchar con pintura. Para algunos es una celebración inofensiva que divierte a grandes y a chicos, y en la que los más pequeños disfrutan vestir de su personaje favorito, porque ¡los disfraces son súper divertidos!

A parte de la diversión que llevan consigo, los disfraces son una buena herramienta de aprendizaje y desarrollo para los más pequeños.

¿Qué dicen los expertos sobre este tema?

Para los psicólogos, cuando los niños se disfrazan de personajes terroríficos tienen la posibilidad de asumir el terror con buen humor y ayudar a los pequeños a enfrentar sus miedos, porque ven a otros niños representando tales personajes lo que les genera familiaridad y gracia.

Los padres y los niños deben ver esta celebración como una fiesta para divertirse y tomarlo de ese modo. Es una ocasión que les permite socializar ya que los niños se entretienen disfrazándose y viendo los disfraces de los demás, les gusta asustar y se ríen de ello.

El Halloween  puede aprovecharse para ridiculizar el temor sobre todo si se hace con una gran dosis de sentido del humor. Gracias a los disfraces muchos niños han conseguido frivolizar ese miedo a lo desconocido, a lo que aterra, a los monstruos, lo que les permite eliminar el temor.

Pero el disfraz también es una buena herramienta para que nuestros pequeños puedan expresar, además de sus miedos, sentimientos, conflictos y secretos.

La vergüenza también pasa a un segundo plano cuando llevan puesto un disfraz. Se enfrentan a los problemas que tienen desde otro punto de vista y, en ocasiones, puede ser la solución perfecta para acabar definitivamente con ellos.

¿Y si no quiere disfrazarse?

En ocasiones, dicen los especialistas, los menores pueden rechazar estas celebraciones por temor a la muerte como consecuencia de eventos traumáticos, pérdidas recientes de seres queridos o por miedos transmitidos por sus padres. En estos casos, es importante escuchar sus razones y no forzarlos ni presionarlos para que se disfracen porque podemos provocar nuevos temores y pesadillas

Los disfraces tienen que ir de acorde con la edad y capacidad de comprensión de los pequeños, ya que si tratamos de forzarlos a vestirse con un disfraz que les causa temor, lograremos todo lo contrario a lo que buscamos: una diversión sana.

Los disfraces pueden ir desde sus personajes favoritos, hadas o animales, hasta los ya clásicos de brujas, fantasmas, Frankenstein, momias, vampiros. Al fin y al cabo, de lo que se trata es dejar volar la imaginación de los niños a través de los disfraces.

Esta festividad se puede convertir en una jornada de entretenimiento que les permite a los niños socializar, conectarse con otros niños, jugar a representar diversos roles y en definitiva, divertirse.

¿Cuáles son los beneficios de disfrazar a los niños en Halloween?

Más allá de que sea una tradición “importada”, una fecha catalogada como “comercial’ para vender atuendos o cualquiera de las connotaciones que se le quieran dar al 31 de octubre, lo cierto es que esta fiesta es disfrutada por millones de niños y según algunos psicólogos, les ofrece los siguientes beneficios:

  • Les permite divertirse

Es una excusa estupenda para que los pequeños se diviertan, afronten sus miedos y hagan alguna travesura. Por eso, a los niños les encanta sobre todo si pueden disfrazarse de sus personajes favoritos y llenar su bolsa de golosinas.

  • Estimula la socialización

Una costumbre cada vez más extendida entre los padres es formar pequeños grupos con sus hijos para que vayan por las casas del vecindario llenando sus bolsas de dulces y golosinas. Así, esta fiesta se convierte en una oportunidad para que los niños socialicen con sus pares y hagan nuevos amigos. En esta ocasión una manera puede ser de manera virtual, haciendo un concurso de disfraces y al ganador mandarle un pequeño detalle.

Disfrazarse también fomenta la empatía en los más pequeños. Son capaces de ver la realidad desde otro punto de vista aprendiendo muchos valores educativos. Eso sí, será interesante apostar por disfraces que transmitan a los niños mensajes positivos y no otros que transmitan, por ejemplo, violencia.

  • Desarrolla su expresión

En Halloween los niños no solo se disfrazan de sus monstruos preferidos, sino que se ponen en la piel de esos personajes. Por eso, esta costumbre también es una manera para estimular su expresión corporal y sus habilidades interpretativas.

Los disfraces permiten a los niños explorar aspectos de la realidad a los que no están acostumbrados. A través de ellos pueden convertirse en ese otro ser que habita en su interior, protagonizando lo que se llama en psicología “juegos de representación”. ¿Y qué representan? Normalmente las cosas que les ocurren o de las que nunca hablan en público en situaciones normales.

  • Potencializa su creatividad

Los disfraces son una gran opción para desarrollar la creatividad del pequeño. Sólo hay que darle el primer empujón poniéndole un disfraz y él
solito se encargará de aplicar elementos como accesorios, maquillaje o, incluso, algún extra como un decorado. Si, por el contrario, no tenemos
disfraz, será una buena opción tener en casa ropa y accesorios viejos con los que el propio niño fabrique su traje y aprenda valores a través de lo que él mismo se ha inventado.

  • Abren las puertas al mundo de la imaginación.

La imaginación es una herramienta primordial en la infancia que conviene, además, explotar tanto como sea posible. Los pequeños podrán crear
toda una historia alrededor de su personaje o echarán a volar su imaginación para visualizar el disfraz que más los identifique. La principal ventaja de todo esto es que ellos mismos tengan confianza interior para ser capaces de hacer cualquier cosa que se propongan.

Si te preocupa que el disfraz no sea una prenda adecuada para tu pequeño, puedes optar por la opción de utilizar prendas de algodón con motivos acordes a la celebración. En iRegalos puedes encontrar opciones para que los más pequeños disfruten de esta esta celebración sin incomodarlos con un disfraz. O para darles un pequeño detalle como un dulcero personalizado. La imaginación es lo único que no se detiene.

Ventajas por las que merece la pena disfrazarse en Halloween con los niños

Ponerse un disfraz no es solo una cosa de niños. Según los expertos, los adultos podemos experimentar grandes beneficios si decidimos salir de la rutina e interpretar un personaje por unas horas.

Si todavía piensas que lo de disfrazarte no es para ti, quizás te convenga saber todos los beneficios que puede tener ser otro por un día.

1. Aumenta nuestra creatividad: Ayuda a despertar a tu niño o niña interior y que elija ella quien quiere ser.

2. Cambiar los roles: Nos ayuda a darnos un respiro no solo de nuestra rutina, sino también de nosotros mismos. Interpretar un papel, puede ayudarnos a exteriorizar sentimientos, pensamientos y posiciones que en el día a día controlamos y retraemos.

3. Una herramienta de seducción: Lo que nos diferencia de los niños en la elección del disfraz, es un toque más pícaro a la hora de elegirlo.

4. Tiempo para ti: Disfrazarse es la excusa perfecta para dedicarnos un tiempo exclusivamente para nosotros mismos y para fijarnos en nuestra propia imagen.

5. Una forma diferente de socializar: Los disfraces suelen ir vinculados a alguna fiesta o a algún plan en grupo, en el que incluso podemos conocer gente nueva.

6. Aprender cosas nuevas: Disfrazarse también implica aprendizaje, ya que a la hora de disfrazarnos, quizás hayamos escogido un personaje histórico o un personaje de ficción, cuyos orígenes nos despierten curiosidad.

7. Risas y buen humor: El objetivo principal de ponerse un disfraz es reírse de todo y divertirse, lo que obviamente suele mejorar nuestro humor y nuestro estado de ánimo.

8. Trabajar nuestra propia personalidad: La idea de ser otro por una noche, puede ayudarnos a también a ser una mejor versión de nosotros mismos y puede terminar influyendo sobre nuestras emociones y actitud.

9. Mejora nuestra autoestima: Cuando nos disfrazamos solemos tener dos opciones, o que optemos por vernos atractivos y seductores, o especialmente cómicos y terroríficos. Las dos opciones pueden ser positivas.

10. Aumenta la complicidad con los amigos o la pareja: En ocasiones el disfraz no es una iniciativa individual, sino de grupo. Así, pensamos en ideas que nos ayuden a ir a juego bien sea en pareja o entre amigos, lo que supone hacer un trabajo divertido juntos y aportar ideas para mejorar nuestras dinámicas.

Así que no dejes pasar esta oportunidad y anímate a hacer algo divertido con tu pequeño o pequeños, echen a volar su imaginación y salgan a pedir su «Calaverita».

Recomendaciones para elegir el mejor disfraz de tu pequeño

 

 

Antes de comprar cualquier disfraz, ten en cuenta estas recomendaciones para que tu hijo y tú puedan disfrutar de la fiesta con tranquilidad.

 

 

  • Mira bien la etiqueta, debe aparecer la edad recomendada, especialmente si son indicados o no para menores de tres años. Si es necesario, debería incluir las instrucciones sobre su utilización. Si el disfraz es para un adulto, debería cumplir el etiquetado de las prendas textiles, por lo que debería incluir los datos del fabricante y la composición.
  • Ojo con las máscaras y pelucas, deben tener aberturas de tamaño suficiente para evitar riesgos de asfixia. Estos accesorios también deberían llevar el etiquetado correspondiente. Además, deben estar fabricadas con materiales no inflamables.
  • Precaución con el maquillaje, asegúrate siempre de que este tipo de productos hayan pasado los controles dermatológicos adecuados para evitar posibles alergias o reacciones en la piel. El etiquetado debería contener la denominación del producto, los datos del fabricante, el contenido (salvo para envases de menos de cinco gramos), la fecha de caducidad, advertencias de uso, número de lote, país de origen y la lista de ingredientes.
  • Los lentes de contacto, sólo en ópticas. Para mayor seguridad los lentes de contacto de colores sólo se deben comprar en ópticas. Deben manejarse de forma higiénica, lavándose las manos antes de colocarlas y nunca dormir con ellos puestos.

 

 

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